1. La frecuencia del lavado:
Depende de que tanta grasa produce tu cuero cabelludo. Lávalo cuando sientas que está sucio. Si tu pelo es graso puede necesitar un lavado diario, pero si es muy seco, el lavado puede ser incluso sólo una vez por semana. Es sólo un mito la creencia de que si el cabello se lava muy frecuentemente, éste se caerá más o se dañará. Por el contrario, hará que se mantenga limpio y sano.
• Si el pelo ha recibido tratamientos químicos como decoloración, generalmente es más seco, por lo que necesita una menor frecuencia en el lavado, cada dos o tres días.
• Si ves escamas en el pelo, necesitas un lavado más frecuente. No temas aumentar un poco la frecuencia del champú.
• Los cabellos gruesos y secos generalmente requieren menor frecuencia en su limpieza; cada 3 o 4 días e incluso algunas veces hasta cada 8 días.
2. Usa el champú sólo en el cuero cabelludo
Al lavar el cabello, concentra la limpieza principalmente el cuero cabelludo, en lugar de lavar toda la longitud del cabello. Cuando lo enjuagues, deja que el champú fluya a través de todo el pelo.
3. ¿Cómo elegir el champú?
Elige un champú y acondicionador formulado específicamente para tu tipo de cabello. Por ejemplo, si usas tinturas, o lo has decolorado, o si es seco, graso o está dañado, usa un champú de acuerdo a tus necesidades.
4. Usa acondicionador después de cada champú.
El uso de un acondicionador puede mejorar significativamente la apariencia de cabello dañado o seco, ya que le da más brillo, reduce el “freeze” o electricidad estática, mejora la fuerza y ofrece cierta protección contra los dañinos rayos UV. Concentra el acondicionador en las puntas del cabello ya que si lo usas en la raíz puede engrasarlo y hacer que pierda volumen.
5. No frotes el pelo con una toalla después de lavarlo.
Es mejor envolverlo en ella para que esta absorba la humedad.
6. Si nadas, los químicos de la piscina pueden dañar tu cabello.
Para protegerlo, usa un gorro apretado para tratar de que no esté en contacto con el cloro. Enjuaga el cabello inmediatamente después de nadar con abundante agua y usa un acondicionador intensivo.
7. Ten cuidado al desenredarlo.
No lo hagas con el cabello seco y nunca con cepillos. Usa siempre un peine de dientes anchos.
8. Evita el calor de los aparatos como el secador o la plancha.
Si determinada temperatura quema tu piel, también puede quemar tu pelo. Esto te da una guía de hasta donde puede resistir tu cabello sin dañarse. Utiliza el secador y la plancha con menor frecuencia y a temperaturas medias.
9. Ten cuidado con el tipo de peinado.
El uso prolongado de colas de caballo o trenzas que tiren fuertemente del pelo pueden producir daño definitivo en la raíz del pelo y llevar a la alopecia.
10. Evita el uso de extensiones.
La tracción constante debilita tu propio pelo y lo daña, puede reventarlo o hacer que se caiga de raíz. Limita su uso a máximo 3 meses.
11. El color en tu cabello.
El uso de tintes y especialmente la decoloración maltrata tu cabello. Deja que lo haga un experto para que a aquellos mechones que ya han sido decolorados no se les aplique químico en la próxima sesión sino sólo en la raíz del pelo. Trata de que la frecuencia de las sesiones no sea muy alta. Usa un champú y acondicionador adecuados para que tu cabello no se maltrate y se mantenga hidratado.
12. Los alisados.
Tratamientos para alisar el pelo o disminuir el “freeze” llamados Chocoliss, Kadeviú, Botox, Keratina y muchos nombres más, tienen formol u otro tipo de químicos que producen cambios en tu pelo que a la larga lo maltratan y deterioran. Puede que al principio no lo veas pero con los sucesivos tratamientos será más evidente. Especialmente si tu pelo es delgado o si ha sido decolorado, no te hagas un alisado ya que sufrirá mucho.
13. No es necesario cepillar 100 veces tu pelo cada noche.
Es sólo un mito. Desenrédalo suavemente.
14. Cuídalo del sol.
Protege tu cabello cuando estés en la playa o climas muy cálidos ya que se puede secar y maltratar. Usa acondicionadores y sombreros.
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