El FPS o SPF en inglés, es el número que encontramos en el envase de los antisolares.   Indica el grado de protección frente a los rayos UVB y nos dice cuánto tiempo puede permanecer una persona al sol sin quemar su piel. Sólo habla de la protección contra el enrojecimiento.  Nada más.  

Por ejemplo: si tu piel es blanca y se enrojece naturalmente a los 10 minutos de estar expuesta al sol sin usar protección solar, si usas un FPS 30, se multiplican estos dos números, es decir 10 x 30 = 300.  Es decir, usando un FPS de 30 podrías estar 300 minutos al son sin quemarte. Si otra persona que tiene la piel un poco más morena se enrojece luego de estar 15 minutos al sol sin protección, usando un FPS de 30 podrá permanecer 15 x 30 = 450 minutos al sol sin enrojecerse. 

Un producto con un FPS de 15 filtrará aproximadamente el 93% de los rayos UVB; un FPS 30 filtra aproximadamente 96% y un FPS 50 protege frente al 99 % de los rayos UVB. Para obtener éstos índices de protección es necesario aplicar una capa lo suficientemente gruesa, ya que si no se usa la cantidad adecuada, el FPS puede disminuir incluso hasta la mitad o más. Se recomienda reaplicar el producto cada 2 horas en caso de exposición intensa, sudar o nadar ya que la capacidad de absorción por parte de los filtros se agota después de un tiempo y pierden su capacidad para proteger la piel contra el sol.