• No las muerdas
  • No cortes la cutícula ya que esta es una barrera de protección para la entrada de infecciones por hongos y bacterias. Córrela suavemente hacia atrás sólo después de remojar los dedos durante unos minutos.
  • No uses tus uñas como un instrumento para abrir o despegar cosas.
  • Mantén las uñas de los pies cortas y arréglalas con regularidad.
  • Cuando las uñas de los pies sean gruesas y difíciles de cortar, mezcla una cucharita de sal por un litro de agua y remójalas durante 5 a 10 minutos.
  • Evita “desenterrar” las uñas de los pies encarnadas, sobre todo si se infectan y se hacen heridas. Si sufres de una uña del dedo del pie encarnada, ve a un dermatólogo para su tratamiento.
  • No use zapatos de punta estrecha.
  • Usa chanclas en duchas públicas y en zonas húmedas comunes como piscinas y gimnasios. Esto reduce el riesgo de infecciones causadas por hongos.
  • Si tus uñas cambian de color o causan dolor, vea a tu dermatólogo.
  • Si tienes diabetes o mala circulación, es importante buscar tratamiento para cualquier problema de las uñas.
  • Aplica una crema para humectarlas, sobre todo después de quitar el esmalte ya que la mayor parte de removedores contienen productos químicos que las secan.
  • Compra tus propios instrumentos para el arreglo de las uñas y no los compartas con nadie para que evites contagios de infecciones por hongos.
  • No uses uñas artificiales para cubrir tus uñas que están débiles o en mal estado. Tus problemas pueden empeorar.
  • Las uñas artificiales no se recomiendan para la gente que es propensa a infecciones por hongos o las que tienen uñas frágiles. Recuerda además que las sustancias usadas cuando se ponen uñas artificiales pueden causar reacciones alérgicas en algunas personas.